Árbol de Navidad, según OSKI. En WARNES, Carlos V.: El pensamiento vivo de César Bruto. Buenos Aires, La cuerda Floja, 1946. |
PARA mí gusto, un inbento que hay que sacarle el sonbrero es el de la navidá —fiesta que cae cada ánio el 25 de disienbrE —y el día de los inosenteS —marcado el 28 en el almanaquE—, o sea por la cuestión de que hase miliones de miliones de miles de siglo, dise mi tío aquileZ quen un pesebre de beléN agarró y nasió un nínio questaba destinado a ponerse a salbar a los honbre de ser malos y enseniarlos de que se vengan bueno, lo cual corrió el chimento hasta lo del cusifai herodeS, que trabajaba de reY de la judeA, el cual senojó como un perrO, y dijo: —¿Así que nasió un niniO que cuando sea grande va a salbar a todo el mundo? ¡A ver, enseguida que vengan un rejimiento de cosacos y agarren y salgan a matar a todos chicos, desde la edá de recién nasidos hasta masomeno 5 o 4 ánio deda!...", y entonses aquelios ferós, sanguinario, canaliaS, miserablE y burroS masorqueroS salieron y cortaron tantas désas cabesitas inosentes, que a partir desa fecha quedó de modA que cada 28 de disienbrE se festege el asunto hasiendo lindas broma, sienpre adentro de la malior correbsión y sin ensusiar la ropa que tanto cuesta.
Siendo como es un inbento dibno del mejor aplauso, todo el mundO se pone loco de contento cuando es que viene la navidá, y cada cual se le lienan los 2 ojos de lágrimas al dar las 24 de la nochE, y corre a darle un abraso a su vesino, disiéndole: —¡Sos mi hermano! ¡Felís pascua, viejo! ¡Degemo el asunto del pagaré hasta maniana tenprano, questa nochE no queda bien hablar de negocios y ni desirte que te voy a mandar el enbargo!...", o sea que cada cara muestra lalegríA que tiene abajo y cada corasóN siente que le nase una esperansa de que se acaben las guerrA, de que se acaben los esplotadoR, de que se acaben las pestE, y de que se acabe todo lo que se tiene que acabar, lo cual sería bastante largo de contar. El inbento de la navidá se festeja de 2 manera: con plata y sin plata. Haora que, eso sí, los que no tienen plata no festejan ni medio, y esa es la deferensia. Suponiendo de que uno tenga plata, lo que tiene que haser el día 24 a la tardesita, cuando el sol pica meno, es irse al lado del sentro y comprar acá un buen arbolito, teniendo cuidado de que se lo deán fresco, porque los tienderos son bastante vibos y cuando uno se descuida le dan un árbol del ánio pasado; despué, va y compra unas cuantas canastras de las que vienen preparadas con odegtos de comer y de tomar, o sea pan dulse, chanpán, anís, vino de postrE, galietita, monbones, fruta seca, caramelo, licor de buevo y libras de chocolate; despué, agarra y pasa por la rositeríA y conpra unos buenos paboS, algún que otro lechóN, salchicha a la calabresa, queso surtido entre probolón, gruye, roque forD y mantecoso, un tarro de píqueles y alguna cosa más de las que siempre ponen desenparramadas por arriba del mostrador. Entonses agarra y toma un mateO, carga bien todo lo que conpra, lo lieba en su casa, y entre esa nochE y el otro día no se lebanta nadies de la mesa hasta que no quede nada de comer ni de chupar. Si por un casual alguno se siente pesado por la comida, mi viejo tiene un remedio que no falia: agarra y manda a la cantina a conprar un medio litro de vinos le hase poner adentro medio sifón, se lo toma y al rato ya está otra vez fenómeno y con ganas otra vez de nuevo denpesar a comer, si es que queda.
Teniendo un poco dintelijensia cualquiera puede agarrar y pasar un día bien divertido cada vez que vienen los inosenteS, y hasta, sinmanoviene, tener algún benefisio, porque la plata que se pide no se devuelbe, lo cual tamién se puede haser en el resto del ánio, pero entonses es un abuso. De las broma más linda que yo me acuerdo adentro de mi barriO, fué aquelia de agarrarlo a doN pedrO el colchonero, ponerlo bastante curda, rosiarlo bien de perfume, ponerle bastante polbo ariba de la solapa y alguna que otra mancha de colorete en las megilias, endemientras que alguien le mandó un papelito a la seniora, o sea la colchonera, disiéndole que su marido era un juaN tenoriO de sorrillA, que tenía quién sabe cuántas mugeR, y que elia tenía muy poca dibnidá si lo dejaba seguir por aquelia vida..., lo cual le sirbió destímulo a la seniora, y cuando lo vio liegar a su marido borracho y con todas las seniales del visio lo insultó de arriba-bajo, mita de palabra y mita con una cacerola, o sea de quel honbre agarró y enpesó a defenderse, saliendo en fabor del algunos vesino, y en fabor de la mugeR 8 o7 parientes, cada cual con alguna cosa para pegar, y a la media hora no se podía pasar por la cuadra sin peligro de resibir algún que otro ladriliaso, hasta que vino el camión del departamento y el de lasistensiA, quedando el escorE final con estas cifras: Presos: 74; heridos, 156, y muertos dos tipo, pero no del barriO, o sea de que no se cuentan, porque cayeron de curiosos y sin que nadie los liame.
En fin, basta la salú...
"La fin de ánio", en Los grandes inbento deste mundo.
Buenos Aires: Ediciones del Pórtico, 1952; pp. 25-29.