No se presisa tener mucha cabesa para darse cuenta de que, cuando el honbre agarró y desendió del monO, hase muchos miliones de triliones de ánioS, lo primero que hiso al desender del monO fué sacarse la cola, afeitarse la cara y ponerse algo para taparse; despué, salió a buscarse la comida, y una linda cueba para dormir; la fruta la encontraba en los arbole, lo cual se sigue hasiendo igual quentonses, salbo los casos de la fruta que viene en lata, pero esa es otra clase de fruta que haora no viene el caso. Para la cuestión de bevida, el hombre tenía para tomar a raja sincha con todos los río y arrólios, y como todavía no conosía ni el vino, ni el coniá, ni la grapA, ni el alcól no se hasía mala sangre, o sea de que las cosas uno las quiere porque las conose y si no las conosería tampoco las querería, y así anda el mundO... Entonces, cuando el hombre andaba lo más feliz y contento, bien sastifecho de la vida y sin amargarse de nada, ¡páfate! que un día viene y se le apárese una mugeR en el camino, lo cual fué bastante para quel tipo, por más tarado que fuera, pensara: —Me gustaría de liebar a ese bicho raro para mi cueba, aunque más no sea para tenerlo de adorno, amaestrarlo y enseniarlo a que haga unas cuantas pruebas...", lo cual, palabra más o palabra meno es todavía lo que piensan algunos cuando ven pasar por la cálie a una desas presiosuras tan bien hechas que no se les puedencontrar un defedto ni para remedio... Y parese quel honbre no encontraba la manera de haserle conprender a la cusifai lo que él pensaba haser, y estando pensando en el asunto, una noche de gran lunA y que no podía consiliar el suenio adentro de su cueba, agarró y se lebantó y arrimándose a la cueba déla bélia muger le cantó una serenatA tan linda, hermosa y liena de amoR, que la tipa se lebantó de la cama, juntó todas las hojas de parrA que tenía en el ropero, y se fué con el hombre que la conquistó con sus versoS. Y párese que mientras se alejaban caminando por la luz de la lunA, la mugeR lo miraba encantada, y le desía: "—¡Te portaste como un poetA, negro!...", y con aquélias palabras, dichas sin pensar, pero con todas las de la leY, quedaba inaugurado el primer poetA del mundO y empesaba la larga serie de honbres que se ronpen la cabesa hasiendo versitos para casarse con su linda nobia, y despué tienen que pasarse toda la vida tratando de vender miliones de versos paralimentarla.
Fragmento de "Los poetA", en Los grandes inbento deste mundo.
Buenos Aires: Ediciones del Pórtico, 1952; pp. 133-135.
Imagen: Detalle de la tapa. Ilustración: Oski (Oscar Conti).
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CARLOS WARNES nació en 1905 y murió en su Buenos Aires natal en julio de 1984. Humorista, escritor, periodista, libretista de televisión (fue responsable de los libretos de Tato Bores durante casi una década), titular de un par de seudónimos altamente cotizados -"César Bruto" y "Napoleón Verdadero"-, Warnes se inició en Sintonía, bajo la tutela de Conrado Nalé Roxlo, para remontar luego una larga hilera de medios fundamentales en la historia del periodismo argentino: El Mundo, Crítica, Patoruzú, Mundo Argentino, Caras y Caretas, Cascabel, Aquí Está, Leoplán, Chabela, Maribel, Rico Tipo, Vea y Lea, Clarín, Avivato, Tía Vicenta, Satiricón, etc.
Una parte (mínima) de su fecunda labor como humorista ha sido recogida en libros: El pensamiento vivo de César Bruto (1946), Lo que me gustaría ser a mí si no fuera lo que soy (1947), Los grandes inbento deste mundo (1952), El secretario epistolárico (1955), Brutas biografías de bolsillo (1972) y Brutos consejos para gobernantes (1973).
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